Una vez que adquirimos un cachorro, son muchas las necesidades que debemos cubrir para que tenga un desarrollo óptimo, tanto a nivel físico como psicológico.
El que aparezcan o no diferentes problemas de comportamiento puede estar influenciado por las experiencias durante las etapas de desarrollo del cachorro. De ahí la importancia de la participación activa del dueño y en que tenga herramientas para poder desenvolverse en las diferentes situaciones en las que se va a encontrar con su nuevo amigo.
En el desarrollo del cachorro hay diferentes etapas y en función de ésta podemos adoptar diferentes medidas preventivas:
- Período prenatal: Antes del nacimiento. En esta etapa es fundamental evitar el estrés de la madre. Las hormonas del estrés atraviesan la placenta y pueden afectar a los fetos haciéndoles más susceptibles al estrés.
- Período neonatal y de transición: desde el nacimiento hasta la tercera semana de vida. Es importante manipular a las crías durante estos períodos ya que tiene efectos positivos sobre la capacidad de adaptarse a situaciones de estrés. Los cachorros manipulados durante períodos de 5-10 minutos al día se adaptan más fácilmente a situaciones estresantes cuando son adultos.
- Período de socialización: desde la tercera semana de vida hasta las 12 semanas. Ésta es la etapa fundamental en la que podemos conseguir disminuir las posibilidades de que nuestro cachorro presente problemas de comportamiento en el futuro.
Aunque son muchos los puntos que hay que tener en cuenta, aquí os vamos a dar unos consejos sobre los más importantes:
Habituación a estímulos
Los cachorros que se destetan a edad muy temprana (antes de las 6 semanas de vida) y que no tienen contacto suficiente con otros perros durante este período, es muy probable que en el futuro sean perros que eviten el contacto con otros perros e incluso que muestren miedo o agresividad hacía otros perros. Además, el cachorro tiene que tener contacto con perros que estén bien socializados y no sean agresivos con el fin de evitar que tengan malas experiencias, lo cual puede afectar negativamente a su comportamiento social en el futuro.
Al igual que pasa con perros, los cachorros deben tener contacto con diferentes tipos de personas y niños, pero siempre relacionados con experiencias positivas.
En definitiva, hay que exponer al cachorro a diferentes situaciones y estímulos, pero de una forma gradual y positiva, con el fin de que se habitúe a todas esas situaciones y las reconozca como normales.
Hábitos de eliminación
La mejor edad para enseñarle al cachorro dónde y cómo realizar sus eliminaciones es cuando tiene 7-8 semanas de vida, ya que es cuando el cachorro adquiere su preferencia de sustrato para eliminar. Hay unos momentos en los que es más probable que el cachorro orine y/o defeque:
- Después de comer.
- Cuando se despierta.
- Después de jugar.
Debemos aprovechar estas situaciones para ayudarle a entender dónde queremos que realice sus eliminaciones. Es muy importante evitar siempre el CASTIGO. Si castigamos, lo único que conseguiremos es que haga con más probabilidad sus eliminaciones en sitios donde no queremos que las haga. Por el contrario, siempre hay que PREMIAR cada vez que las haga en el lugar apropiado para ello. Con esto conseguiremos aumentar cada vez más las posibilidades de que el cachorro realice sus eliminaciones en el lugar adecuado.


Ejercicio físico
Para disminuir la posibilidad de que rompan objetos o muebles de casa, es necesario que el cachorro disponga de juguetes para morder y que realice ejercicio físico para que cuando esté en casa se encuentre lo más tranquilo y relajado posible.

Manejo consistente
Significa que las reglas que se aplican para educar al cachorro deben ser claras para que el cachorro las entienda y deben aplicarlas todas las personas que convivan con él.
Un manejo inconsistente se ha asociado a problemas de miedo, ansiedad, excitabilidad y agresividad
Refuerzos y castigos
La conducta que va a presentar el cachorro va a depender de las consecuencias. Es decir, si la conducta es positiva, es más probable que la conducta se repita, mientras que si la conducta es negativa, es menos probable que se repita.
El entrenamiento del perro debe basarse en la aplicación de refuerzos para premiar las conductas apropiadas y no en la aplicación de castigos para interrumpir las inapropiadas
Por Javi Martinez