
La obesidad, considerada por muchos como un problema estético, es en realidad una enfermedad, la enfermedad nutricional más frecuente en personas y mascotas de sociedades prósperas.
Un animal es considerado obeso, cuando su peso corporal es un 15% superior al óptimo. Eso supone entre el 25 y el 50% de los perros y entre el 10 y el 20% de los gatos!! ¿Sorprendidos? Pues aún hay más: la obesidad tiene una clara predisposición hacia determinadas razas, entre las que se encuentran el Labrador, el Cocker Spaniel, el Teckel, el Basset Hound, o el Beagle.
Estamos ante una enfermedad que afecta más a las hembras que a los machos. Y un dato interesante: la obesidad de nuestras mascotas se ve acompañada de obesidad del propietario, en casi la mitad de los casos.
La causa del problema puede resumirse fácilmente: «la energía que ingresa en el organismo del animal supera al gasto realizado». Pero… ¿quién facilita ese exceso de energía?, ¿quién es el responsable de que no exista un gasto adecuado como paseos o juegos?

7 FACTORES PREDISPONENTES
1. Edad del animal y el dueño
Con el aumento de los años, las mascotas van perdiendo su nivel de actividad, y por lo tanto disminuyen el gasto energético. Pero la edad no solo afecta al animal, y es que, ¡lo mismo le sucede a su dueño! Con los años, los propietarios cambian el estilo de vida aumentando el sedentarismo y las actividades más tranquilas, que son las que compartirá con su mascota: paseos en lugar de excursiones, gozar de una película en el sofá en lugar de una tarde de juegos… Adaptar cantidad y la calidad de la dieta a los requerimientos energéticos en cada caso es fundamental para la prevención del sobrepeso y la obesidad.
2. Espacios cerrados
Los gatos y los perros que viven en el interior de pisos tienen menos espacio para moverse. Se recomienda pasear el perro al exterior y si puede, llevarlo a un espacio donde pueda correr al aire libre (parque, excursión…). Con los gatos es indispensable promover el juego con él para estimular la movilidad y ponerle retos para conseguir su alimento, para despertar su instinto cazador.
3. Esterilización
Los gatos y perros esterilizados tienen el doble de posibilidades de padecer obesidad, a causa de cambios en su metabolismo.
4. La raza
Algunas razas tienen mayor predisposición genética a sufrir obesidad. La raza marcará la proporción corporal de masa magra y de masa grasa que tiene el animal.
5. Falta de actividad
Una menor actividad física comporta un menor gasto energético. Si el animal tiene una actividad muy reducida a lo largo de su vida, es probable que desarrolle obesidad con la edad.
6. Dieta no adecuada:
La administración de dietas demasiado grasas o de alimentación casera no adecuada para el animal puede desencadenar el aumento de peso. Especialmente en animales con tendencia al sobrepeso conviene administrar dietas adecuadas que mantengan el peso ideal y ayuden a reducir el peso.
7. Enfermedades concomitantes:
Problemas articulares como la osteoartritis en perros suelen relacionarse con la evolución del sobrepeso y la obesidad. Algunas enfermedades metabólicas, como disfunción del tiroides, también pueden ser un factor promotor de la obesidad en perros y gatos.

Por si todavía existe alguna duda en lo referente a la obesidad como enfermedad, no deberíamos olvidar la amplia lista de problemas que acompañan al animal obeso: menor resistencia a las infecciones, patologías articulares y locomotoras, el corazón y los vasos sanguíneos se ven afectados, existe una mayor dificultad en aspectos relacionados con la reproducción, menor tolerancia al calor, aumento de riesgos quirúrgicos. ¿no les parece suficiente?.
Si estamos convencidos que nuestro animal es obeso, y tenemos claras las consecuencias que ello implica a su estado sanitario, gran parte del camino está andado. Su veterinario establecerá las pautas necesarias para solucionar el problema, y determinará si existen patologías asociadas a la obesidad, de origen no alimentario. Es fundamental que la prescripción facultativa se siga al pie de la letra. El animal consumirá un alimento, que aporte los nutrientes y la energía necesaria para esta situación. Existen alimentos dietéticos en el mercado que cumplen estos requisitos, que suministraremos en varias tomas diarias, con el fin de reducir la ansiedad y favorecer un correcto adelgazamiento. También se establecerá un plan de paseos y ejercicios diarios.
Si cumplimos todos los objetivos comentados, conseguiremos que el animal mejore su estado general, y reduzca peso día a día
