Con la llegada del buen tiempo, pasamos más horas al aire libre con nuestros perros, y como es lógico los peligros para ellos aumentan. No debemos alarmarnos, pero sí tener en cuenta ciertas precauciones que podemos tomar para asegurarnos de que pasamos unos meses de primavera y verano sin complicaciones.
Las espigas son uno de estos enemigos desconocidos de los perros. Por su forma, vuelan con mucha facilidad y es muy posible que se claven en la piel, las orejas o la nariz de nuestros peludos. Pueden ser inofensivas y no pasar de un arañazo superficial, pero es cierto que si se mantienen clavadas durante muchas horas pueden surgir los problemas
Las espigas son vainas que recubren semillas de muy diversas plantas gramíneas. Su peculiaridad es que tienen forma de flecha, con una punta afilada en el vértice y su textura es áspera con la capacidad de adherirse a casi cualquier superficie, como el pelo del perro, y clavarse en cualquier material blando, como la piel o mucosas del perro.
Se trata de un mecanismo con el que la planta para proteger sus semillas y de asegurar sus semillas se esparcirán de forma natural por todo el territorio a través del desplazamiento de los animales que porten las espigas en sus mantos.
Las espigas se adhieren al pelo de nuestros perros y se clavan en su piel, esto puede derivar en graves problemas derivados de los nudos, heridas y penetraciones en la piel del las espigas en nuestro perro
DERMATITIS
Las espigas se enganchan al pelo de los perros de pelo largo. Si el perro no se quita la espiga en su higiene rutinaria o se la quitamos nosotros al cepillarle, se formará un nudo de pelo en torno a la espiga. Ese nudo provoca falta de transpiración en la piel del perro y tensión en los poros capilares del perro. Esto llevará a que el perro comience a lamerse intentando eliminar la molesta sensación de picor que provoca y se cree una dermatitis.
¿Cómo prevenirlo?
Revisar el pelo de nuestro perro en busca de espigas después de cada paseo para quitárselas. Si encontramos cualquier nudo, también es necesario deshacérselo lo antes posible. También existe la posibilidad, según la raza, de cortar el pelo del perro para dificultar que las espigas se enganchen.
HERIDAS SIMPLES
La punta de las espigas es muy afilada y se clava con gran facilidad en la piel de nuestro perro. Son especialmente frecuentes estas heridas en las patas del perro, que pisan sobre las espigas ejerciendo la presión suficiente para que la espiga se clave entre los dedos y las almohadillas de las patas del perro.
¿Cómo prevenirlo?
Revisar principalmente las patas de nuestro perro después de cada paseo, incidiendo entre los dedos y las almohadillas. Estar atento a cualquier zona húmeda de su cuerpo que nos alerte que se ha estado lamiendo la zona ya que el pelo puede esconder un herida provocada por una espiga. En ese caso, hay que eliminar la espiga y curar la herida.
HERIDAS QUE NO SE CURAN
Es la consecuencia de una herida simple por espiga que no ha sido atendida a tiempo y la espiga ha permanecido clavada en la piel. Cuando la espiga se ha clavado en la piel del perro, el perro se lame la zona durante varios días tratando de aliviar el dolor y empujando la espiga hacia adentro de la piel. La forma en flecha de la espiga promueve su movimiento natural de avance a través de la piel. Esto provoca que la herida cree un absceso de pus que no se cura pues la espiga ha penetrado en la piel y requiere intervención veterinaria para sacarla.
¿Cómo prevenirlo?
Si se revisa al perro después de cada paseo en busca de espigas en su cuerpo, esto no debería pasar ya que detectaremos la espiga antes de que penetre en la piel del perro. En caso de que ocurra, debemos acudir al veterinario.
OTITIS
Si una espiga se introduce dentro de las orejas de nuestro perro, esto puede provocarle una herida interna que conlleve a una infección de oído provocándole dolor y complicándose en una otitis externa o incluso interna.
¿Cómo prevenirlo?
Revisar las orejas del perro después de cada paseo. Estar atentos a que no se rasque demasiado las orejas ni agite su cabeza constantemente, lo que indicaría picor en los oídos. Si al levantar su orejas hay un olor fuerte, debemos acudir al veterinario para que examine sus oídos, extraiga la espiga si es la causante de la otitis y lo ponga en tratamiento.
DIFICULTAD RESPIRATORIA
Si nuestro perro ha aspirado una espiga, le notaremos nervioso, moqueando y estornudando compulsivamente. Puede ocurrir incluso que la cara de nuestro perro comience a y que sangre por la nariz.
¿Cómo prevenirlo?
La única forma de evitar esta grave dolencia es no llevar a nuestro perro donde hayan espigas. Si nuestro perro aspira una espiga, tendremos que llevarlo al veterinario, que probablemente lo duerma para poder extraerle la espiga de la nariz.
ÚLCERAS OCULARES
Si nuestros perro tiene la mala suerte de clavarse una espiga en el ojo, le notaremos muy nervioso ya que es algo muy doloroso. Tratará de rascarse a toda costa, posiblemente su ojo se hinche y estará desorientado por la perdida de visión debido a la espiga.
¿Cómo prevenirlo?
Hay que evitar las zonas de espigas y quitar en seguida cualquier espiga que veamos en la cara a nuestro perro. Si ya se le ha clavado la espiga en el ojo, debemos acudir al veterinario para que sea él quien la extraiga ya que es una zona muy delicada.
Como ves, las espigas no son sólo una molestia que puede provocar picor en nuestro perro. Las consecuencias que pueden derivar del contacto de una espiga con nuestra mascota pueden ser muy graves. En PRAXIA estamos recibiendo pacientes cada día afectados por las espigas y con este artículo nos gustaría conseguir que los propietarios de perros seamos más conscientes de los peligros que acarrean y pongamos medidas para evitarlos.