Diabetes Felina
La diabetes mellitus es la patología endocrina más frecuente en el gato Si su veterinario le ha diagnosticado esta enfermedad a su gato, será necesario que trabajen juntos en la elaboración de un plan terapéutico para controlarla. Usted es parte integrante del tratamiento de su gato y por ello queremos que la conozca bien.
Si la diabetes no es tratada, se evidenciarán signos y síntomas que irán en aumento provocando dolor, daño a los nervios, debilidad, otras enfermedades e incluso la muerte.
¡¡Pero en ocasiones, puede curarse!! Si la enfermedad se diagnostica pronto y es controlada desde un principio, podemos dejar de administrar insulina. Manteniendo solo la dieta baja en carbohidratos como tratamiento y estando atentos a posibles recaídas por ser un paciente predispuesto.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Los gatos con mayor riesgo de desarrollar diabetes son los machos, castrados, mayores de 6 años y con sobrepeso u obesidad. El riesgo también aumenta en los gatos que están siendo tratados con una clase de medicamentos llamados corticosteroides. Y si su gato ha sido diagnosticado con una de las siguientes enfermedades, también tiene mayor riesgo de desarrollar diabetes:
- enfermedad pancreática
- hipertiroidismo
- enfermedad renal
- neoplasia
- acromegalia
- hiperadrenocorticismo
Síntomas
Los síntomas fundamentales suelen ser evidentes (polidipsia, poliuria y polifagia) y alertan a los propietarios, a diferencia de otras patologías que cursan con los mismos síntomas, pero que aparecen de forma más lenta, como en el caso de la enfermedad renal crónica. Pero si usted observa que su gato presenta alguno de los siguientes comportamientos o problemas, comuníquese con su veterinario:
- Pérdida de peso
- Aumento en el consumo de agua
- Beber de lugares inusuales
- Mendigar comida / apetito insaciable
- Disminución de la capacidad para saltar
- Caminar sobre los talones en lugar de los dedos de los pies (conocida como postura “plantígrada”)
- Letargo
- Orina más pegajosa o difícil de limpiar
- Micción más frecuente o micción fuera de la bandeja de arena
Diagnóstico
El diagnóstico de esta enfermedad es sencillo, mediante la detección de valores elevados de glucosa en la sangre. Sin embargo, debemos ser cuidadosos a la hora de interpretarlos, ya que una glucemia alta no es siempre sinónimo de diabetes. El gato libera una gran cantidad de glucosa en momentos de estrés, por lo que aproximadamente el 70% de los gatos que acuden a la consulta veterinaria tendrán una glucemia alta, y por lo tanto, también aparecerá glucosa en la orina si tomamos una muestra en ese momento.
En general, el protocolo correcto a seguir es el siguiente:
- Si encontramos valores altos pero inferiores a 300 U/L, debemos pedir a los dueños que realicen un test de glucosa en orina a los 4-5 días de haber estado en consulta (en ese tiempo, la glucosa asociada al estrés ya habrá sido eliminada). Si es negativo, podemos descartar la diabetes. Si es positivo, debemos evaluar al gato nuevamente y realizar una determinación de fructosamina en sangre, que nos informa de los valores de glucosa en sangre en los últimos 15 días.
- Si encontramos valores de más de 300 U/L, debemos realizar un test de fructosamina en sangre para confirmar la diabetes.
- Si el valor de glucosa es mayor de 450 U/L, debemos realizar de todas formas el test de frustosamina, pero podemos afirmar que nuestro paciente es diabético, y debemos iniciar el tratamiento.
Una vez diagnosticada la diabetes, debemos realizar una determinación de T4 (tiroxina) total, ya que en ocasiones podemos tener un paciente diabético e hipertiroideo. Resulta fundamental diagnosticar el hipertiroidismo si está presente, ya que, si no, es muy difícil controlar la diabetes, debido a que el estado hipertiroideo provoca resistencia a la insulina.
También la presencia de infecciones provoca resistencia a la insulina, por lo que debemos buscarlas y tratarlas. En los gatos, las más frecuentes son las infecciones en la cavidad oral, secundarias a enfermedad periodontal no controlada, y las del sistema urinario, promovidas en su mayoría por una disminución de la densidad urinaria como consecuencia de la propia diabetes.
Es preciso también realizar una ecografía abdominal para revisar el aspecto del páncreas, y confirmar que la diabetes no es secundaria a un proceso neoplásico de este órgano o a una pancreatitis crónica.
Tratamiento
Debemos recordar que, en el gato, la diabetes puede curarse si se diagnostica pronto y se trata y controla adecuadamente, por lo que los primeros meses tras el diagnóstico de la enfermedad son cruciales.
El tratamiento de la diabetes felina es bimodal, incluye tratamiento nutricional y farmacológico. El gato debe ser alimentado con pienso de gama alta específico para pacientes diabéticos. Y además de cambiar la dieta, debemos ajustar el peso del gato a su peso ideal, ya que el sobrepeso predispone a padecer la enfermedad y provoca un mal control de la misma una vez diagnosticada.
El tratamiento médico consiste en la inyección de insulina cada 12 horas. La insulina de elección en el gato es la glargina, una insulina de acción prolongada.
La insulina debe conservarse en la nevera, y debe agitarse con mucha suavidad (invirtiendo el frasco lentamente unas 3 ó 4 veces) antes de cargarla. Deben utilizarse jeringuillas de insulina de 0,3-0,5ml, ya que las dosis para los gatos son muy pequeñas, y resulta extremadamente difícil calcularla en jeringuillas de más volumen. No resultan útiles para el tratamiento de los pacientes felinos las plumas precargadas, ya que estos dispositivos, aunque efectivamente calculan dosis exactas, liberan la insulina durante unos 10-15 segundos, en los que la aguja debe permanecer en el tejido subcutáneo del animal. Conseguir eso con un gato es probablemente ciencia ficción.
Monitoreo
Controlar la enfermedad es sin duda el mayor reto al que nos enfrentamos, recuerde que usted juega un papel clave en el tratamiento de la diabetes de su gato, así que asegúrese de ser abierto y honesto con su veterinario con respecto a su capacidad de monitorear y administrar la terapia de insulina. Cada gato es diferente y su veterinario trabajará junto a usted para encontrar un plan de salud a la medida suya y de su gato.
Los propietarios en casa deben tener un pequeño diario donde apunten los datos de su gato:
– Consumo de agua: el consumo normal de agua de un gato al día es de 45-60 ml/kg. Para medir el consumo diario de agua, basta con medir la cantidad de agua que se vierte en el bebedero y restarle la cantidad de agua que queda a las 24 horas.
– Glucosuria: mediante tiras de glucosa en orina. Las tiras deben colocarse bajo el gato mientras éste orina en la bandeja. Si esto no es posible, y en el caso de que los propietarios utilicen arena aglomerante, podemos filtrar una de las bolitas de arena con orina, añadiendo algo de agua, y realizando la prueba en el filtrado.
– Si no se consigue un control aceptable de la enfermedad necesitaremos realizar una curva de glucosa en sangre. Esta curva no puede realizarse en la clínica, ya que el estrés influye considerablemente, y no podemos obtener resultados fiables. La curva la harán los propietarios en casa. Los datos necesarios son determinaciones de glucosa: preinsulina, 1h tras insulina, y cada 2 horas hasta que obtengamos un valor mayor al anterior.
La muestra de sangre la obtendrán de la vena periférica del pabellón auricular; basta con apoyar una gasa con agua caliente o alcohol en el borde de la oreja para conseguir vasodilatación, y pinchar el vaso con una lanceta o la punta de una aguja. Cuando obtenemos la gota, basta con acercar la tira del glucómetro. Para esto os dejamos un video explicativo.
Las visitas a la clínica serán más frecuentes al principio, aproximadamente 1 vez al mes, donde realizaremos un análisis de sangre completo y mediremos el nivel de fructosamina, además de recopilar los datos de consumo de agua y glucosuria que nos proporcione el propietario.
Una vez que la enfermedad esté controlada, las revisiones las realizaremos cada 4 o 6 meses.
Recuerde que muchos gatos diabéticos pueden vivir una vida feliz y normal. Para ayudar a su gato a vivir una larga vida, cumpla con los chequeos recomendados, trabaje para mantener estable los niveles de azúcar en sangre, esfuércese por mantenerlo en un peso corporal saludable y por controlar otras enfermedades
Referencias
F Dessal Marino: Diagnostico y tratamiento de la diabetes mellitus en el gato. Gattos Centro Clínico Felino (MADRID)
J Rand. Current Understanding of Feline Diabetes: Part 1, Pathogenesis
Journal of Feline Medicine and Surgery 1999 1: 143
B Mayer-Roenne, RE Goldstein, HN Erb. Urinary tract infections in cats with hyperthyroidism, diabetes mellitus and chronic kidney disease. Journal of Feline Medicine and Surgery 2007 9: 124
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